Herbalife Gran Canaria, premio al trabajo y la constancia
15 de junio de 2010. El Baskonia arrasa en la final de la Liga ACB a un Barcelona que contaba con ventaja de campo (0-3), con el pívot brasileño Tiago Splitter llevándose el MVP tanto de la Fase Regular como de la serie por el título. Desde entonces, la élite del baloncesto español no conocía otro ganador en ninguna de sus competiciones fuera de Real Madrid o Barcelona.
18 títulos (6 Ligas, 6 Copas del Rey y 6 Supercopas – 20 si contamos Copa y Supercopa de ese año 2010, con el Barça como vencedor -) dominados de manera insultante por blancos y blaugranas. 6 largos años de travesía en el desierto para otros clubes históricos del baloncesto español, que empezaron a conformarse con disputar alguna final si el sorteo enfrentaba a los dos gigantes antes del partido decisivo; o con realizar un papel destacado en las competiciones internacionales (Baskonia en Euroliga el año pasado y Valencia Basket ganando la Eurocup en 2014).
Pero el pasado sábado Herbalife Gran Canaria se coló en una fiesta que parecía un baile para dos. El conjunto amarillo dio la sorpresa en la Supercopa Endesa y levantó el primer título de su historia a costa de un desconocido Barcelona, que quizá acusó el cansancio de su duelo frente al Real Madrid en la noche del viernes. Sin embargo, no debe quitarse ningún mérito al equipo isleño, que resultó justó vencedor y estrena sus vitrinas después de quedarse a las puertas del éxito varias veces en las últimas temporadas.
Los 20 puntos de ventaja frente al Barcelona (79-59) dicen mucho de un bloque dispuesto a instalarse de manera definitiva en los lugares de honor del baloncesto español. Puede que hayan disfrutado de una ligera ventaja en esta Supercopa al estar más rodados que sus rivales, pero Gran Canaria lleva bastante tiempo haciendo las cosas muy bien y consiguió espantar los fantasmas de sus anteriores participaciones en el primer torneo del año (sólo disputó otras 2 ediciones de la Supercopa y en ambas salió ampliamente derrotado por el Barcelona).
Si por algo destaca Herbalife GC en lo que se ha visto hasta ahora es por poseer una plantilla amplia y muy compensada, en la que todos sus integrantes aportan para sumar como uno solo. Con un Kyle Kuric en estado de gracia (elegido MVP del torneo y manteado por sus compañeros) y unos fichajes que en la final aportaron mucho más que frente a Baskonia (Royce O’Neale, Darko Planinic y, sobretodo, Bo McCalebb), los amarillos brillaron el fin de semana gracias a la seguridad en el rebote y a la intensidad defensiva, sabiendo sufrir en los minutos en los que sus rivales apretaron el marcador. Todo ello bajo la batuta de Luis Casimiro, un experto en llegar y besar el santo: campeón ACB al mando de Manresa (1997-1998) en su primer año en el club, ascenso con Fuenlabrada (2004-2005) también en su primer año y ahora invicto con Gran Canaria (9-0 entre pretemporada y Supercopa) y campeón en su primera participación en esta competición.
Bo McCalebb ganó en protagonismo respecto a la semifinales ante el Baskonia y supero a Tyrese Rice en el duelo de bases.
MUCHO TRABAJO EN UN LARGO CAMINO HACIA LA CIMA
El hecho de haber levantado su primer título hace 5 días no quiere decir que los canarios no hayan estado intentándolo intensamente en los últimos años. Desde su último ascenso a ACB en 1995, Gran Canaria ha ido poco a poco y con paso firme asentándose entre los primeros puestos de la liga.
Unos primeros (y lógicos) años de conocimiento de la categoría, con una única presencia en Playoffs en sus 7 primeras temporadas, colocaron las primeras piedras del sólido edificio amarillo. Desde entonces, el ascenso del club ha sido meteórico: en los últimos 14 años sólo se han perdido la postemporada en dos ocasiones (2008 y 2012) y han conseguido 4 quintos puestos y un cuarto en Fase Regular. En Copa del Rey también se ha ido notando el crecimiento, con 5 presencias en los últimos 6 años.
Pero cuando realmente se produjo la explosión de Gran Canaria fue con la llegada de Pedro Martínez (ahora en Valencia Basket) al banquillo en 2009. 5 años culminados por la enorme labor de Aíto García Reneses a partir de 2014 y hasta el junio pasado, y durante los que comenzaron a pasar por la isla grandes jugadores, fruto de un excelente trabajo desde los despachos. Jaycee Carroll (2 temporadas en el club, ambas como máximo anotador ACB), Tomás Bellas (6 temporadas) o el mítico Sitapha Savané (máximo anotador de la historia de Gran Canaria) se hicieron grandes vistiendo de amarillo.
El capitán Eulis Baéz ha experimentado un crecimiento paralelo al del equipo y se ha convertido en un jugador muy completo.
Los éxitos comenzaron a llegar en la temporada 2012/2013, llegando a semifinales en Copa del Rey y los Playoffs de Liga, en los que eran hasta el momento los mejores resultados del equipo. Desde ese año forman parte del conjunto dos piezas clave como Eulis Báez y Albert Oliver, que cada temporada añaden algo más a su inteligente baloncesto. Más recientemente aterrizaron en Gran Canaria los tiradores Sasu Salin y Kyle Kuric, conformando el esqueleto principal del equipo. Por último, en favor del club también juega el descubrimiento y formación de Walter Tavares, que no había jugado al baloncesto hasta los 17 años y que terminó conviertiéndose en máximo reboteador y taponador ACB para acabar siendo el primer caboverdiano en jugar en la NBA.
En los 2 últimos años con Aíto al mando (y estos primeros compases con Casimiro, que ha heredado la mayor parte de la plantilla) Gran Canaria vive días de gloria. Subcampeones de Eurocup frente a Khimki en 2015, con recórd de victorias en la competición (21 de 24 posibles); subcampeones de Copa del Rey en febrero ante el Real Madrid y semifinalistas de Eurocup cayendo ante Galatasaray (posteriormente campeones) son las “decepciones” que han tenido que vivir en la isla hasta levantar merecidamente la Supercopa Endesa. Un resultado que culmina el camino que arrancó hace tiempo y que le da brillo a la constancia de un club que quiere seguir maravillando.
Los años con Aíto García Reneses le dieron ese plus de competitividad a un conjunto canario que no para de crecer.
Gracias, Granca, por ponerle con este título voz a “los Otros”, aletargados durante demasiado tiempo a la sombra de dos superproyectos. El baloncesto español necesita más que nunca un cambio y el club canario se sitúa en la carrera para ejercer de líder en esta “revolución”. Sólo queda esperar que no sea flor de un día y que el propio Gran Canaria, Baskonia, Valencia Basket o Unicaja puedan mantenerse como alternativas serias para evitar la monotonía habitual y devolver la competitividad a los títulos nacionales.
