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Philadelphia 76ers, ¿Trust The Process?

A comienzos de los años 2000 Philadelphia 76ers era un equipo con importante tirón entre los aficionados españoles. En los años en los que el baloncesto americano comenzaba a expandirse comercialmente a lo largo y ancho del planeta, y sin contar con la presencia de los actuales LeBron James, Kevin Durant o Carmelo Anthony, los Sixers acaparaban focos y noticias.


Con la NBA añorando aún al legendario Michael Jordan y sus 6 anillos, el aficionado dividía su cariño entre los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant y aquellos brillantes Kings de “Chocolante Blanco” Williams y Vlade Divac. Sin embargo, poco a poco también comenzó a dirigir sus ojos hacia un superclase menudo y con magia en las manos que llevaba el timón del equipo de la Ciudad del Amor Fraterno.


Jugando con un estilo inconfundible, promoviendo la cultura del basket de barrio y siempre dejando perlas tanto en la pista como fuera de ella, Allen Iverson encarnó a la perfección esos “años de rebeldía” de comienzo de milenio en la NBA. El para muchos “Mejor jugador libra por libra de la historia” (palabras de LeBron James) encandiló a todo el mundo desde su 1,83 (estatura corta para una época donde dominaban los centímetros) y lideró a los Sixers hacia unas Finales después de haberse alzado con el MVP de la Temporada Regular.


Con presencia habitual en los Playoffs año tras año (7 de 11 participaciones de 2002 a 2012), pero sin llegar nunca a cotas tan altas como ese año 2001, Philadelphia mantuvo su estatus de equipo a tener en cuenta y fue cuna de muchos jugadores con papel importante en la liga hasta el día de hoy, como André Igoudala, Jrue Holiday o Evan Turner. Su última gran hazaña fue la de apear en primera ronda de la post-temporada a los Chicago Bulls de Derrick Rose justo en el momento en que este sufrió su primera gran lesión (2012).



AÑOS DE TURBULENCIAS Y LOS INICIOS DE “EL PROCESO”


Todo cambió a partir de entonces y con las salidas de “Iggy” y Holiday en Philadelphia se entró en una profunda depresión. El porcentaje de victorias comenzó a caer temporada tras temporada y dejó a los Sixers sin capacidad de reacción. La idea de reconstruir el equipo a base de jugadores jóvenes se convirtió en una auténtica travesía en el desierto, siempre en la cola de la clasificación y sumando derrotas sonrojantes como tónica habitual. La cantidad de jugadores que pasaron cada año por la franquicia, muchos desconocidos para la gran mayoría de aficionados y casi todos producto de la Liga de Desarrollo (NBDL) o fruto de descartes de otros equipos llegó a ser escandalosa.


Para colmo la principal vía de reconstrucción de los Sixers, el Draft, no parecía sonreírles en absoluto. A pesar de acumular rondas altas año tras año como consecuencia de sus desastres en pista (y de su insistencia en el tanking – dejarse ir a lo largo de la temporada para no sumar victorias y conseguir un puesto alto en el Draft), en Philadelphia siempre acababaron por seleccionar jugadores con problemas de lesiones que llegaron a perderse muchísimos partidos, dejando al equipo como el blanco de las burlas allá donde iban.


Nerlens Noel se pasó una temporada completa en blanco por culpa de una lesión, y ha tenido constantes problemas físicos durante sus 3 años en la liga.


Esta serie de 4 años sin Playoffs ha sido bautizada entre los ejecutivos de la franquicia como “The Process”, y se insiste de todas las maneras en llamar a la calma, no ser impaciente con los jóvenes talentos y esperar los buenos resultados que están por llegar. Pero… ¿se puede realmente confiar en “El Proceso” o se trata de una idea a la que se la ha agotado el crédito dadas las continuas decepciones?



JOEL EMBIID: EL HURACÁN DE AIRE FRESCO


Hay una razón por la que contestar con un a la pregunta anterior, y se llama Joel Embiid. Algo ha cambiado en Philadelphia con su presencia en pista, y el equipo ya no vive en ese estado de ruina total a pesar de que las victorias aún se resisten. Sin embargo, la actitud en los partidos es radicalmente distinta a la de los últimos tres años, y por ello hay una puerta abierta a la esperanza. A sus 22 años, Embiid por fin ha pisado este año una cancha de baloncesto profesional, después de pasarse dos años en blanco por culpa de una lesión en el pie en su etapa en la Universidad de Kansas. El efecto en el equipo ha sido inmediato y a mitad de temporada se puede estar hablando con toda seguridad de que será el Rookie del Año.


Joel Embiid ha contagiado a sus compañeros y ha vuelto a hacer de los Sixers un equipo querido entre los españoles.



Físico prodigioso, carácter, buena mano en el tiro lejano y excelente capacidad intimidatoria son sólo algunas de las características más llamativas del pívot camerunés, llamado a dominar los tableros de la mejor liga del mundo junto con otros jugadores de fisonomía similar, como Karl-Anthony Towns o Kristaps Porzingis. Aún existe cierto temor a una nueva lesión y por ello Embiid lleva desde principio de temporada jugando con restricción de minutos (actualmente 28) y descansando los días en los que toca disputar dos encuentros seguidos. Con casi 26 minutos de promedio sus números asustan: 19.8 puntos por partido, 7.8 rebotes y 2.5 tapones (empatado con Rudy Gobert como mejor marca de toda la liga). Si jugase sin limitaciones estaría muy probablemente por encima de los 25 puntos y 10 capturas por noche.


Embiid y T.J. McConell celebran la reciente victoria de Philadelphia sobre New York Knicks.



Pero no todo en Embiid es puramente baloncesto, y como en la NBA el show es pieza muy importante el atlético interior maneja a la perfección sus apariciones en las redes sociales, siendo habitual verle bromear o siendo protagonista de imágenes cómicas (como su baile con las cheerleaders de los Sixers). El aficionado ha sabido empatizar con el particular carácter de Joel e incluso ha votado en masa para que acuda al All Star, no solo con sus compañeros más jóvenes sino formando parte del grupo de los mayores. Si los entrenadores lo incluyen entre los suplentes, Embiid podría al fin conseguir su ansiada cita con Rihanna



LA REVOLUCIÓN DE LOS EUROPEOS: LOS ESCUDEROS PERFECTOS


Si Embiid es el faro que guía a los nuevos Sixers, también debe hablarse de una serie de jugadores que se han subido a sus hombros para traer victorias de manera más o menos habitual en el arranque de 2017. Sergio Rodríguez, Ersan Ilyasova y Dario Saric son tres europeos que han dado un salto de calidad al equipo y están firmando una notable temporada. Al igual que Embiid, Saric también debuta este año y se ha convertido en un pilar importante para Philadelphia, saliendo generalmente desde el banquillo para aportar versatilidad, buena selección de tiro e importante dosis de pelea en balones rebotados. Por su parte, “El Chacho” e Ilyasova añaden una pizca de veteranía (30 y 29 años) a un conjunto en el que sólo el español pasa de la década de los 20. Mención especial merece el ala-pívot turco, que parecía bastante perdido después de dejar los Detroit Pistons y que ahora está viviendo una segunda juventud, compenetrándose maravillosamente con Embiid en la pintura y liberando espacios gracias a su amplio rango de tiro para que el camerunés continúe asombrando al mundo.


Además, jugadores como Nik Stauskas o T.J. McConell también han respondido positivamente a estos aires de cambio en los Sixers, y conforman un bloque interesante que poco a poco va encontrando resultados. Un arranque de 7 victorias y 3 derrotas en 2017 eleva el número de triunfos a 15, mejorando ya los registros de toda la temporada anterior (10 victorias) y acercándose mucho a los números de 2014 y 2015 (19 y 18 victorias) cuando todavía falta media temporada por disputarse. Los Playoffs aún parecen un objetivo lejano, pero en Philadelphia ya han conseguido (de momento) dejar a 6 equipos por detrás en la clasificación global.


En Philadelphia hay muchas ganas de ver a ver Ben Simmons, la pieza que falta por acoplar a este prometedor tablero.



La esperanza no acaba ahí ya que todavía queda una pieza importante que apura los días para salir de la enfermería y empezar a disputar partidos: el australiano Ben Simmons, número 1 del último Draft que (sorpresa) se ha perdido todos los partidos disputados hasta ahora por una lesión bastante similar a la que tuvo Embiid. Con la juventud por bandera y la ilusión que poco a poco vuelve a los asientos del Wells Fargo Center, los Sixers esperan culminar su viaje en las sombras de la NBA con una presencia en los Playoffs. ¿El año próximo? Por volver a ver a los Sixers donde los llevó Iverson, por Embiid, por el Chacho… Nosotros creemos en EL PROCESO.

Jugador de la semana

Dionte Ferguson - CB Agustinos Eras

24 ptos / 12 reb / 37 val

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